sábado, 6 de diciembre de 2014

Infestación Phthirus pubis en parpados de niños abandonados

Phthirus pubis es un pequeño insecto de color blanco grisáceo, con forma de cangrejo, que mide 1,5 a 2,0 mm de largo. Como su nombre lo indica, vive habitualmente en el área pilosa del pubis y sus vecindades inmediatas. Es de hábitos sedentarios, no cambia de lugar con frecuencia. Se instala en un punto, sujetándose a un pelo con sus patas, y con sus estructuras bucales insertadas en la piel, ingiere sangre de un modo casi continuo, al parecer sin aumentar de volumen, debido posiblemente a que deyecta con mucha frecuencia, hecho que conduce al acúmulo de material excrementicio en torno a su ubicación (Buxton, 1950; Herms y James, 1961).
La parasitosis se propaga principalmente por contacto sexual y por lo general se presenta en individuos de bajo nivel educacional, precarias condiciones socio-económicas y deficientes prácticas de higiene personal (Reyes y col., 1965; Gillis y col., 1990). También se puede adquirir por contacto personal íntimo al compartir adultos infestados y niños pequeños una misma cama y más improbablemente por otros medios tales como asientos de inodoros (Buxton, 1950).
Además del área pubiana y vecindades, el P. pubis ha sido encontrado en áreas pilosas del abdomen y tórax, axila, barba, bigote y pestañas, cejas y cuero cabelludo (Buxton, 1950; Herms, y James, 1961; Reyes y col., 1965; Mueller, 1973; Signore y col., 1989; Rundle y Hughes, 1993).
A comienzos de agosto de 1999 la directora de un hogar de menores del sector sur de la Región Metropolitana trajo a consulta a un niño de ocho años de edad, porque desde hacía dos semanas éste presentaba inflamación bilateral del reborde palpebral, la cual se había mantenido no obstante la aplicación diaria de un colirio recetado en un consultorio externo de salud. La breve historia clínica permitió formular una impresión diagnóstica de las pestañas por P. pubis. En el examen físico se observó la presencia de pequeños elementos esferoidales oscuros, de aproximadamente 1 a 1,5 mm, adheridos al tercio proximal de las pestañas, hecho que reforzó la impresión diagnóstica. Impresión que fue confirmada mediante examen estereoscópico de una muestra de pestañas, en el cual fueron observado ejemplares adultos y huevos de P. pubis. (Fig. 1).

Fig. 1.- Ejemplares adultos y huevos de P. pubis obtenidos del reborde palpebral y pestañas del paciente.
También se le examinaron macroscopicamente al niño las cejas y el cuero cabelludo, con resultados negativos.
El tratamiento consistió en la extracción con pinzas de los elementos parasitarios, previa impregnación de los rebordes palpebrales con vaselina líquida. Fue extraído un total de 23 insectos adultos y 32 huevos.
El niño vivía en el hogar de menores de Lunes a Viernes — institución en la que no se detectó la infestación en los 27 niños restantes — y pasaba los fines de semana en casa de su madre, su más probable fuente de infestación, a quién con propósitos de epidemiológicos y profilacticos fue imposible contactar.
Es importante tener presente el posible diagnóstico de infestación por P. pubis en niños de insuficiente condición socio-económica que padecen de blefaritis rebelde con presencia de pequeñas masas esferoidales oscuras en pestañas, sin dejar de considerar la eventual parasitación del cuero cabelludo que incluso ha sido diagnosticada en un lactante de seis semanas de edad por Silburt y Parsons (1990), quienes postulan la posible asociación entre la infectación y el abuso infantil.

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